No traemos hijos al mundo para acompañarnos, o sólo para cumplir el requisito de “hacer familia”. Tampoco deberían ser el resultado de un embarazo no deseado. Y ya que están aquí, tampoco se trata sólo de alimentarlos, vestirlos y vigilar que medio sobrevivan. Estamos hablando de personas que requerirán de nuestra presencia y formación para ser buenos ciudadanos, individuos íntegros y capacitados para tener una vida trascendente y feliz.
203. Los hijos
05
Abr