Los hijos tienen un mal comportamiento por alguna razón. Su conducta es el lenguaje con el que quieren expresar la estabilidad o descontrol de su vida, la tranquilidad o el caos de su situación, la reacción a la sana disciplina o al estricto autoritarismo de los padres. Antes de apresurarnos a elegir el castigo adecuado si un hijo no obedece, debemos preguntarnos qué nos quiere decir con su actuación. De esta manera, podremos elegir la mejor estrategia para solucionar esta situación.