Por más que lo deseemos, y pongamos TODO de nuestra parte para tener un matrimonio feliz y unido, hay factores que sencillamente impedirán que logremos nuestro objetivo, pues éstos no dependen de nuestro control y voluntad, sino de la integridad de nuestra pareja. Por ejemplo, adicciones, abusos y amoríos. Lo que sí podemos determinar, es si continuaremos o no con una relación que prácticamente está condenada al fracaso.