Después de un tiempo, todas las relaciones -de amistad, de pareja, de trabajo, familiares…- llegan a un punto de estabilidad que muchas veces se interpreta como “falta de cariño”, como un «ya no la quiero». Los sentimientos intensos pueden ser cíclicos y pasajeros, por eso no deben ser la medida de las cosas. Es la historia compartida, el profundo conocimiento del otro, los hijos, el honor, la responsabilidad y el compromiso lo que debe entrar en la balanza al evaluar nuestra relación.
319. Ya no la quiero
20
May