Mujer que despiertas con el dolor de cabeza provocado por la amorosa entrega a los tuyos.
Mujer que se coloca con parsimonia cada mañana los zapatos, encorvándose sensualmente hasta lograr alcanzar cada uno de los pies que le transportaran al destino deseado.
Mujer que con tus profundas ojeras demuestras los numerosos desvelos y batallas ganadas a la noche, siendo el cúmulo de esas horas, la ofrenda más elocuente a tus valerosas acciones.
Mujer que maquillas apresuradamente tus pómulos, tus mejillas, que polveas tu nariz y pintas tus agrietados labios con el color de la alegría por saberte integra y hermosa, sin saber que tu belleza va más allá de cualquier cosmético.
Mujer que le otorgas la importancia al tiempo y a los momentos, que comprendes la necesidad de actuar cuando las circunstancias te lo indican, evitando apresuramientos y faltas de tacto.
Mujer que caminas con pasos distraídos, que tropiezas constantemente, que resbalas y caes de bruces por no controlar tu hermoso hábito de soñar despierta.
Mujer de violenta cabellera, de colores infinitos, de rizos indomables y alaciados plausibles. Cabellera que grita y hace notar tu entusiasmo por ser diferente, pero a fin de cuentas, siendo siempre íntegramente tú.
Mujer de sensibilidades eternas, que con tu calvario regalas esperanza, con tu sensualidad alimentas vida, con tu desgaste promueves la virtud, con tu belleza inundas todos los océanos y todos los continentes, con tu ritmo instauras la prudencia y con tu andar nos muestras el camino.
Mujer imperfecta que con tus sueños perfectos nos acercas cada vez más al paraíso.
Iván Alatorre Orozco
Simplemente bello paro al mismo nos describe muy bien .me encanto