El mal vence doblemente cuando sus víctimas no hacen nada para evitarlo. Las buenas personas, por evitar el conflicto o lastimar los sentimientos de alguien, deciden no actuar frente a la injusticia o el franco delito, y su silencio permite que el daño sea mayor. No es necesario reaccionar con violencia o grosería, pero sí con firmeza y convicción al hacer lo que sea necesario para detener a quien busca destruir.
237. El silencio de los buenos
16
Ago