Siempre hay que analizar las razones por las cuales nos aferramos a cierta circunstancia, haciéndonos sentir incapaces de dejar de pensar en eso, o de perdonar a alguien por lo que nos hizo o de sentir «amor» por alguien que nos ha tratado muy mal. Siempre se obtiene un beneficio de las conductas que repetimos, incluso las que evidentemente nos son destructivas. Identificar este beneficio nos permite poder controlar mejor la situación y así estar en el verdadero camino de superar un episodio de nuestra vida y dejarlo ir.
320. ¡Déjalo ir!
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May