El tomarse muy en serio provoca que nos volvamos rígidos en la manera de hacer las cosas y en nuestras expectativas de los demás. Ambas cosas dañan las relaciones de pareja y familiares a tal grado que el ambiente suele cargarse de negatividad y no se logra nada sin que haya discusiones y distanciamiento. El juego del poder en nuestra convivencia se da mejor, cuando usamos el humor y aprendemos a reírnos de nosotros mismos.
427. El poder y el humor
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Jun