El que la mamá decida quedarse en casa es una decisión conjunta. No sólo ella necesita estar convencida de lo invaluable e irremplazable de su labor como mamá y proveedora principal de la “sensación de hogar” para la familia. Su esposo debe también estar consciente de esto y ayudar con entusiasmo a que suceda. Como todo en la vida, la decisión tiene costos, pero al mismo tiempo los beneficios construyen la verdadera felicidad.
361. ¡Me quedo en casa!
27
Sep