Parece evidente, pero a veces tenemos que decirlo claramente: NADIE tiene el control de tu vida. Es todo tuyo. Tú puedes decidir ser una persona autónoma, dueña de tu estado de ánimo, de la organización de tus actividades, de tu proyecto de vida. Es así como tú también optas por ser o sentirte sumiso o sometido ante tu cónyuge. Pero hay buenas noticias: poco a poco, puedes cambiar la dinámica de tu relación, para hacerla más equitativa, cercana y cariñosa.
466. Mujer sumisa… hombre sometido
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Oct