Hay momentos en la vida en que los padres nos sentimos tan rebasados por un problema, que buscamos apoyo emocional en donde podamos encontrarlo. Nuestros hijos, queriéndonos tanto, suelen ser los primeros y más accesibles para escuchar nuestras desgracias, tratando de consolarnos y acompañarnos. Pero al usarlos como muletas les provocamos altos niveles de estrés y una responsabilidad que no les corresponde. SIEMPRE debemos de ver primero por los hijos, evitándoles cualquier malestar y preocupación innecesaria.
214. Los hijos como muletas
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May