Sé que cuando hicimos nuestros votos matrimoniales, no pensábamos en todas las posibilidades en las que se iban a poner a prueba. Esperábamos tal vez que “lo adverso” fuera otra cosa, nunca algo que nos hiciera dudar de lo adecuada de nuestra decisión de casarnos con nuestra pareja, o que francamente matara todo el amor que sentíamos…y entonces, ¿qué hacer con la promesa matrimonial.