La rutina y la monotonía suelen ser causas poderosas para la terminación de un matrimonio. A simple vista, no pasa nada. En algunos momentos, la pareja da la impresión de estar unida y feliz. Sin embargo, la lenta muerte del amor que sienten entre ellos se hace evidente con la disminución de las conversaciones, con el menor interés en las actividades del otro y, lo peor, la pérdida absoluta de la disposición para luchar por su relación. ¿Hay esperanza para el matrimonio que sufre del desgaste natural de una convivencia prolongada? ¿Se puede recuperar la “chispa” y el entusiasmo de una pareja que se conoce todos los defectos y manías?
60. El desgaste matrimonial
18
Nov
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nADIA