La profunda y real cercanía con el otro se obtiene cuando tenemos, primero, un grado adecuado de intimidad con nosotros mismos. Requerimos de todo un «mundo interior» que nos defina como personas, y que nos haga saber que somos fuertes y capaces estando solos. Esta necesidad innata de conexión nos lleva a buscar fantasías, falsas intimidades, que sólo nos dejan una sensación de vacío y con profundo dolor. Entonces, ¿cómo sabemos que tenemos una intimidad verdadera con nuestra pareja?
181. Intimidad
15
Ene