Llega una edad en que la cosa se complica. Nuestros hijos son adultos, llevamos muchos años de casados, somos mayores y nuestro cuerpo empieza a tener dolores e incomodidades en lugares que no sabíamos que existían. Y como además la rutina suele volverse agotadoramente monótona, tenemos que redoblar esfuerzos para mantener nuestra relación cercana y divertida. No nos confiemos. El tiempo juntos no es garantía de permanencia; siempre hay que hacer cosas nuevas y agradables para mantener la «chispa» viva en nuestro matrimonio.
286. Solo para mayores
04
Feb