Nuestra conducta no sólo está influenciada por las circunstancias que ocurren a nuestro alrededor; hay ciertas condiciones fisiológicas que también pueden hacer que nuestro ánimo sea tal, que afecte nuestra conducta y la manera de relacionarnos con los demás. A pesar de que a veces no podemos controlar algunos de estos malestares, como el SMP y otros síndromes, no podemos permitir que estén en control de nuestra vida, porque cuando pasan y nos sentimos mejor, el daño está hecho y la reparación de nuestra relación cuesta más trabajo.