Aunque es bueno conocer principios de educación y disciplina para mejorar nuestra capacidad de formación de los hijos, hoy en día los padres estamos educando con gran temor de provocar “traumas” irreparables en los hijos, que les impidan desarrollarse adecuadamente como personas de bien. Curiosamente, este temor provoca precisamente lo que estamos esforzándonos por evitar. La mejor fórmula en formación, es la de “cariñosa firmeza”, con la seguridad que nos da el saber que, lo que decidamos en cuanto a disciplina y educación, lo hacemos por el bien de los hijos.