Con frecuencia creemos que, para asegurar que la falta no se vuelva a cometer, debemos «castigar» a quien nos hirió con unos días más de indiferencia, frialdad y alejamiento, a pesar de que ya hubo disculpas, arrepentimientos e intenciones de reparar el daño. Esta estrategia de alargar el castigo desgasta la relación y nos vuelve personas resentidas y vengativas. Tengamos claro cuál es el objetivo de una discusión, y cuando lo alcancemos, levantemos la bandera de la paz.
225. Alargando el castigo
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Jun