Todos tenemos defectos. Unos más difíciles de manejar que otros. Y sus efectos suelen traernos constantes problemas. Pero esta es una de las características fundamentales del ser humano. La imperfección y el esfuerzo continuo por ser mejores es parte intrínseca de nuestra vida. Si no existe una persona sin defectos, ¿cuál es entonces el secreto para construirse una buena vida?