Desafortunadamente, el honor es una virtud que no se practica con la frecuencia debida. Dar nuestra palabra, hacer una promesa, comportarse éticamente, deberían ser compromisos más fuertes y seguros que cualquier proceso legal. La dignidad que nos distingue como personas debe vivirse cotidianamente en los detalles más pequeños y en las grandes empresas. Si queremos paz interior, orgullo por nosotros mismos y respeto de parte de los demás, nuestra buena reputación deberá ser la que exprese quiénes somos en realidad.
277. El honor

03
Ene