Todos conocemos la teoría de qué alimentos debemos comer y cuáles evitar o ingerir con más moderación. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, no es un asunto de desconocimiento, sino de falta de voluntad. Sencillamente, no queremos hacerlo, porque cuesta demasiado trabajo. Las consecuencias personales vendrán solas, pero ¿y las familiares? ¿Cuántas generaciones después de la mía se verán afectadas por mis hábitos alimenticios?
415. Buenos hábitos alimenticios
05
May